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5 pensamientos positivos para empezar el día
¿Por qué empezar el día con pensamientos positivos?
Todas alguna vez nos hemos levantado con los ánimos un poco por los suelos. Quizá el día anterior ha sido duro por diversas razones y estamos faltas de motivación a la mañana siguiente.
El estado emocional con el que te levantas tiene una gran repercusión en la actitud con la que vas a afrontar el resto del día. Si encima algo se tuerce durante la mañana como por ejemplo, un imprevisto aún más se agrava esa sensación de malestar.
Como comentaba en un post anterior, es bueno tener unos hábitos para satisfacer tu estado mental sobre todo con la actividad física o con factores externos nada más levantarte. También, hay otros métodos para sentirte bien y es a través de los pensamientos positivos.
Estos pensamientos positivos que te voy a contar son los que me ayudan a mí a empezar el día con una actitud abierta y optimista.
Toma nota!
Hoy es un nuevo día
Así es. Tan simple como suena. Ni podemos cambiar el pasado ni saber los acontecimientos del futuro. Tan solo tenemos certeza del presente, del nuevo día en el que hemos amanecido.
“Hoy es un nuevo día” significa que en tu mano está hacer de él un día que cuente y NO un día de los que desearías no haber tenido nunca.
Un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, una actitud distinta, un empiece fresco o un principio intacto. Todas y cada una de nosotras despertamos cada mañana partiendo de cero y solo de nosotras depende hacer que este nuevo día haya valido la pena.
Me quiero a mí misma
Bueno quizá te puede sonar un poco arrogante, pero lo cierto es que a veces tiene más sentido oírlo dicho en alto por ti misma que por tus allegados. De manera consciente o inconsciente nos olvidamos de que nos debemos a nosotras mismas querernos. Querernos como somos tanto por dentro como por fuera. Gustarnos por nuestra forma de ser y estar. Amar a nuestra alma y nuestro ser. Tomar conciencia de tus cualidades no solo de tus defectos. No juzgarte ni criticarte. Liberarte de las cargas que no quieres tener sobre tus hombros. Decirte y repetirte que eres una buena persona y que te van a suceder cosas buenas.
Sí puedo
Nuestra actitud prácticamente rige la manera con la que nos relacionamos con el exterior. Incide directamente en la forma en la que nos presentamos al mundo, es decir, la forma en la que exteriorizamos nuestras emociones y pensamientos a los demás.
La actitud es algo que puedes elegir de entre infinitas opciones. Si eliges bien, vas a optar por una buena, una alejada de todas las cargas negativas que solo traen enfados y rabietas.
Por ejemplo, pongamos que tienes un evento de trabajo el sábado al que no te apetece nada ir, pero es obligatorio. Si eliges adoptar una actitud de rechazo lo más probable es que:
- No dejes de pensar en las pocas ganas de ir que tienes en todo el resto del día
- No pares de pensar en excusas que podrías poner para escaquearte
- Te moleste el aburrimiento y tostón que crees que va a ser
- Te machaques pensando en que encima vas a ver a tu otra compañera que te cae mal
- En el evento estés borde y con cara de perro
- No pares de quejarte de todo y por todo en el evento
- Des mala impresión a los asistentes
Pensar con una actitud de rechazo nos provoca malestar interno. Lo escupimos además, contestando mal a alguien, siendo menos productivas en nuestras tareas porque estás pensando más en las pocas ganas que tienes de ir, estás de mal humor con la gente que te rodea o peor, te acaba doliendo la cabeza.
El resultado es que has invertido todo tu día en pensamientos negativos.
Cómo puedes cambiar de actitud
La manera de cambiar de actitud a una más positiva es valorando las cosas buenas, es decir, centrarnos en los beneficios o cosas satisfactorias que nos puede aportar una situación que a priori no nos gusta.
Volviendo al ejemplo del evento de trabajo podríamos pensar lo siguiente:
- Este evento es ocasional, no semanal
- Voy a quedar con mi amiga del trabajo para ver si quiere que vayamos juntas así me da menos pereza
- Seguro que comemos de cine y luego habrá algún espectáculo entretenido
- Va a ver mucha gente y me lo puedo pasar bien
- Si veo que se hace tarde pediré permiso para poder irme antes
- Tengo el domingo para descansar y hacer otras cosas
Como ves, estos pensamientos son memos agresivos y aportan resultados positivos.
Sí puedo
Muchas veces nos vemos envueltos sin darnos cuenta en el discurso pesimista de: no puedo, no me sale, no soy lo suficiente buena en esto, la voy a liar, no soy capaz de hacerlo etc.
Este discurso derrotista solo nos perjudica ya que vamos a dar por cierto la falsa imagen de que no valemos lo que creemos. Esto hace que nos limitemos a nosotros mismas porque damos por sentado que algo no nos va a salir bien y dedicamos más energía a frustrarnos que a buscar soluciones a los retos que nos están impidiendo avanzar.
Cree más en tus capacidades
En lugar de cerrarnos en banda y no parar de repetir que no podemos o no somos capaces de llevar a cabo una tarea lo que tienes que pensar es lo siguiente:
- Voy a descansar unos minutos y volver a intentarlo más tarde
- Poco a poco voy a ir aprendiendo a hacerlo porque las cosas no salen a la primera
- Voy a pedir ayuda
- Luego lo retomo. Ahora estoy ofuscada
- Voy a seguir con el resto de tareas que tengo programadas, luego volveré a ello
- Puedo hacerlo tan solo necesito más tiempo
- Sé que lo puedo hacer con un poco más de esfuerzo
- Lo voy a dejar por hoy, mañana con la mente más fresca quizá vea lo que me impide seguir
Con estos pensamientos lo que haces es dejar la frustración a un lado para avanzar en tus tareas y no dedicar todo tu tiempo y energía a algo con lo que te has atascado. La frase de que “somos nuestros peores enemigos” es totalmente verdad porque la mayoría de las veces nos saboteamos a nosotras mismas.
Muestra gratitud
Empezar el día haciendo un ejercicio interno de agradecimiento va a hacer que tengas una actitud más conciliadora contigo misma y con tu entorno. Suena raro lo sé, ahora te lo explico.
Siempre hay algo por lo que estar agradecido cada día. Es bueno dedicar unos instantes para revisar esas cosas en nuestra vida que nos aporta felicidad. No hablo necesariamente de cosas materiales también, de pequeñas cosas que nos sacan una sonrisa. Puedes empezar a estar agradecida por cosas más obvias y terminar por cosas más personales de tu día a día como por ejemplo:
- Estoy agradecida porque hoy es un nuevo día
- Me siento afortunada porque tengo una familia que me quiere
- Tengo un casa y comida caliente todos los días
- Mi pareja me quiere
- Tengo un trabajo estable
- He superado un bache personal
- Mis amigas me hacen reír mucho
- Mi hermana siempre me apoya en todo
Como ves la lista es muy personal y seguro que se te ocurren muchas cosas por las que estar agradecida cada día simplemente a veces, se nos olvida. Puedes practicar este ejercicio a la noche como cierre del día dando gracias por las cosas buenas que te han sucedido.
Espero que estos pensamientos positivos te ayuden a empezar el día con optimismo.
Feliz semana❤️
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