El Buen Padre

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El buen padre

El thriller es, sin duda, uno de mis géneros favoritos, y “El buen padre” de Santiago Díaz llevaba tiempo llamándome desde mi lista de pendientes. Junto a títulos como “Las madres” y “El caso Alaska Sanders”, era de esos libros que no paraban de aparecer en bookstagram, siempre acompañados de reseñas positivas.

Después de verlo mencionado una y otra vez, y de leer tantas opiniones buenas, decidí que era el momento perfecto para incluirlo como lectura conjunta de noviembre. El hype era demasiado fuerte como para seguir resistiéndome.

¿Ha estado a la altura de mis expectativas? ¡Ahora te lo cuento todo!

Santiago Díaz Cortés, nacido en Madrid en 1971, es el autor de esta historia. No sabía que también era guionista de cine y televisión, y hasta ahora no había tenido ocasión de leer nada suyo. Su primera novela, “Talión”, publicada en 2018, recibió muy buenas críticas, ganando el Premio Morella Negra y el Premio Benjamín de Tudela. Así que las expectativas con “El buen padre” estaban altas. Además, esta novela inaugura una serie protagonizada por la inspectora Indira Ramos, de la que ya existen dos continuaciones: “Las otras niñas” e “Indira”.

Madrid

SINOPSIS

Después de recibir una llamada de alarma, la policía encuentra en un chalé de una urbanización madrileña a un hombre manchado de sangre y un cuchillo con sus huellas junto al cadáver de su mujer. Un año más tarde, un anciano se entrega a la policía afirmando ser el secuestrador de tres personas desaparecidas: el abogado defensor de su hijo, la jueza que le condenó y una joven estudiante que testificó en su contra en el juicio.

Convencido de que los tres fueron sobornados, el hombre asegura que morirán uno cada semana hasta que detengan al verdadero asesino de su nuera y su hijo sea liberado.

¿Qué me ha parecido el libro?

Desde el primer momento, “El buen padre” tiene un inicio de esos que te atrapan sin remedio. Es adictivo. La premisa es brutal: un anciano se entrega a la policía confesando haber secuestrado a tres personas para conseguir justicia por la muerte de su hijo. ¿Hasta dónde puede llegar un padre por amor? ¿Realmente mató el marido a su mujer, como todos piensan? ¿O hay algo más oscuro detrás? Estas preguntas te atrapan desde la primera página y no te sueltan.

A partir de este planteamiento, los acontecimientos no dejan de sucederse de manera trepidante. Mantiene la tensión durante gran parte de la novela. La acción y el ritmo ágil hacen que sea muy fácil devorar capítulos casi sin darte cuenta.

Ahora bien (y aquí viene mi pequeño “pero”), a medida que avanzaba en la lectura empecé a notar algunos detalles que, bajo mi punto de vista, restaron fuerza a la historia.

Personajes secundarios

Uno de ellos fue la cantidad de personajes secundarios que van apareciendo. Me pareció excesiva. Entiendo que en una investigación policial intervengan muchas personas, pero aquí sentí que se presentaban y desaparecían tan rápido que no llegaba a conocerlos realmente. Me hubiera gustado saber más de ellos: ¿Quiénes son? ¿Qué les mueve? ¿Qué historia personal tienen? Pero sus intervenciones son escasas y dejan su desarrollo a medias.

Algo que también me desconcertó fue que, en varias escenas, los personajes aparecían en lugares clave como si supieran exactamente dónde debían estar, pero sin que se explicara cómo habían obtenido esa información. Esto me sacaba un poco de la historia, ya que sentía que faltaban detalles importantes. En más de una ocasión me pregunté: ¿Cómo sabía a dónde ir? ¿Por qué estaba tan bien informado? Para mí, que no se resuelvan estas preguntas en un thriller le resta credibilidad a la trama, porque da la sensación de que no está explicada de manera correcta.

El autor recurre al tema de las infidelidades hasta en tres ocasiones a lo largo de la historia, y sinceramente, me ha parecido repetitivo. No tengo problema en que se utilice este recurso (lo he visto en otras novelas y puede funcionar muy bien), pero cuando se abusa de él, termina perdiendo fuerza y volviéndose predecible.

El buen padre

Trama

Sin duda, lo mejor del libro es el ritmo: se lee prácticamente solo. El equipo de investigación, liderado por Indira, intenta encajar las piezas del puzzle, aunque no lo tienen nada fácil. A medida que avanzan, surgen varias historias paralelas que complican aún más la resolución del caso. Me he quedado con la sensación de que muchas situaciones resultan poco creíbles, y que la resolución de algunas de ellas se explica de forma demasiado fugaz, sin dar tiempo a que el lector las asimile.

La aparición constante de personajes secundarios, además, creo que ha jugado en contra de la historia. No todos tienen un peso real en la trama principal y algunos apenas intervienen, lo que da la impresión de que están ahí más para rellenar que para aportar algo esencial. Lamentablemente, “El buen padre” no ha cumplido del todo mis expectativas.

Creo que disfruto mucho más de los thrillers que apuestan por un número reducido de personajes, menos historias paralelas y un desarrollo más profundo de las relaciones y motivaciones de cada uno. Para mí, eso es lo que realmente consigue que una historia tenga conexión.

¡Feliz lectura!

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